¿Qué gigantes? dijo Sancho Panza. Aquellos que allí ves, respondió su amo, de los brazos largos, que los suelen tener algunos de casi dos leguas. Mire vuestra merced, respondió Sancho, que aquellos que allí se parecen no son gigantes, sino molinos de viento, y lo que en ellos parecen brazos son las aspas, que volteadas del viento hacen andar la piedra del molino. Bien parece, respondió Don Quijote, que no estás cursado en esto de las aventuras; ellos son gigantes, y si tienes miedo quítate de ahí, y ponte en oración en el espacio que yo voy a entrar con ellos en fiera y desigual batalla.

El ingenioso hidalgo don Quixote de la Mancha. Capítulo VIII

18 ene 2015

Negacionismo climático II: siguiendo el olor de la ideología.

En una entrada anterior ya hemos explicado el origen de los fondos que mantienen vivo al movimiento negacionista climático. Pero aunque la inmensa cantidad de dinero que fluye hacia el negacionismo es un factor importante (puede que el más importante), hay aspectos que no explica.

La principal característica que queda inexplicada si nos limitamos a examinar el dinero es el de la diferencia en cuanto cala la propaganda negacionista según la ideología. Así, por ejemplo, en Estados Unidos, el 84% de los demócratas consideran que hay pruebas sólidas de que el clima terrestre se está calentando, frente al 67% de los republicanos. Y si preguntamos a los seguidores del ultraconservador movimiento Tea Party, el porcentaje se queda en un mínimo 25%. A la pregunta de si el origen de ese calentamiento es la actividad humana, el 64% de los demócratas piensan que el cambio climático es antropogénico, frente a un 44% de republicanos y un 9% de seguidores del Tea Party.

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